miércoles, 4 de agosto de 2010

Diagnóstico lingüístico

Catalunya (y IV): diagnóstico lingüístico (Publicado en el diario Avui el 9-11-2007)

Entendes la lengua como rasgo principal de nuestra identidad. Y, pongamos por ejemplo, un hecho real. Una noche, un catedrático de una universiad española estaba cenando en casa de la família de Manolo Vázquez Montalbán. En un determinado momento de la velada, el hombre no pudo más y les dijo:"Perdón pero ¿hasta al perro le habláis en catalán?". La anécdota revela la gravedad del asunto. Incluso la gente más formada sigue pensando que eso del catalán, si lo usamos entre nosotros, es para tocar las narices. Por más pedagogía que hagamos, no hay peor sordo que el que no quiere escuchar. Las propias instituciones, que deberían ser las primeras en dar ejemplo, se ríen. En el Congreso nos riñen y nos retiran el micrófono cuando escuchan la tercera palabra en catalán. En Bruselas, si intentamos utilizarlo, nos ponen todo tipo de obstáculos. La presunta oficialidad és una tomadura de pelo.
Todavía más preocupante que todo eso es el uso social del catalán en el propio territorio. Aunque un 54% de los catalanes consideran que el catalán es su lengua, encontrar a un dependiente que te atienda en tu idioma en Catalunya es encontrar la aguja en el pajar. Topar con un camarero que te entienda en catalán es un bingo cada día más difícil de cantar. Si queremos ir al cine, casi nunca la hacen en catalán la película que nos interesa. Si hacemos zapping, las opciones de encontrar contenidos en catalán son, porcentualmente, cada vez menores. Si os ponéis a escuchar por la calle o en el patio de las escuelas, ¿en qué idioma se habla?
El vicepresidente Carod-Rovira afirma que el futuro de la lengua catalana no depende de los recién llegados. Y tiene razón. Es lógico -pero preocupante- que, a medida que los catalanoparlantes de lengua materna representan un porcentaje menor de los ciudadanos, el uso del catalán vaya disminuyendo. A menos lengua, menos país. ¿Nos hemos de conformar con esta espiral sin remedio?

Xavier Bosch