miércoles, 4 de agosto de 2010

Sobre la financiación

Carta de un gallego (Publicado en La Vanguardia el 16-7-2009)

Lo digo así, con todas las letras: tengo envidia de ti, Catalunya. Envidia de tu poderío, de tu capacidad de convicción y de tu paciencia, porque hay que tener mucha paciencia para negociar durante catorce meses sin romper la baraja. Y creo que tengo razones para esta envidia. Lo entenderás sólo con recordar dos fotos. En una, publicada el lunes, se ve al president Montilla con una sonrisa que no le había visto en mi vida, ni siquiera cuando fue investido en el Parlament: irradiaba triunfo y felicidad. En la otra está mi presidente, Alberto Nuñez Feijoo, con el rostro serio, quizás cabreado, desde luego endurecido por cómo nos había tratado la financiación.

Después están los números: tú ves incrementados tus recursos financieros en 3.855 millones, y en Galicia ni siquiera lo sabemos muy bien. Si llegamos a los 600 sería un hecho histórico pero sería la sexta parte de lo que se destina a Catalunya. Esquerra Republicana consiguió en una tarde de conversaciones telefónicas con Madrid cerca de 400 millones, el doble de lo que dice Feijoo que a nosotros nos falta en nuestras modestas cuentas. Y tu capacidad de generar impuestas te anuncia un futuro de abundancia, frente a mi Noroeste, que, además, sufre una crisis agraria, acaba de terminar la huelga más larga de la historia y debe esperar seis años hasta tener el tren de alta velocidad.

No discuto la justicia del reparto. Sois cuatro, quizá cinco millones de habitantes más y es lógico que recibáis más. Sufrís un mayor impacto de la inmigración y necesitáis recursos para atenderlo. Si pagáis más al Estado, es justo que recibáis más. Si tenéis un Estatut que dice lo que dice, hay que cumplirlo, que es una ley orgánica del Estado. Y seguramente os tenemos que agradecer la cantidad de pensiones que se han cobrado en mi tierra gracias a vuestra previa solidaridad. Pero tengo envidia, qué le vamos a hacer: es un sentimiento primario que se antepone a las razones.

A veces, en los momentos de depre, me digo: tendríamos que tener la fuerza suficiente para utilizar la palabra desapego, como hizo Montilla, y hacer temblar determinadas estructuras del Estado.Tendríamos que  tener ese poderío que se desprende de los hechos: si Catalunya no hubiera aceptado este fin de semana el sistema de financiación, no habría financiación para nadie. O quizás deberíamos tener partidos propios en el Congreso, con escaños suficientes para forzar el rumbo de las grandes decisiones estatales. O quizá, simplemente, nos falta la influencia de quien se propone volver a ser el motor económico de España.
Dicho eso, les pido a tus políticos que celebren lo conseguido, pero que no se excedan en presumir tanto de haber quedado por encima de la media, que este es un país de agravios. Está bien que saquen pecho, que lo han ganado, pero tengan cuidado en dar la razón a quienes dicen que el nuevo sistema pone en peligro la cohesión territorial.

FERNANDO ÓNEGA